Amaneció muy temprano, la mañana se presentaba llena de sol, el doctor Oscar Martel se alistaba de prisa para salir atender a uno de sus pacientes que minutos antes lo habia llamado en calidad de emergencia.
El doctor Martel era un profesional de primera linea y muy reconocido entre sus colegas. Él era medico de cabecera de banqueros, políticos y empresarios, el paciente que lo habia llamado era el banquero Ramiro Fuentes muy conocido en el ámbito financiero por ser dueño y fundador de uno de los bancos más importantes de la ciudad capital, Lima.
Felicia esposa del doctor Martel, sabia muy bien como era el trabajo de su esposo, ella siempre trató de adaptarse a la situación y apoyarlo en lo que fuera, era consiente de que gracias a su trabajo, sus hijas y ella tenían una vida cómoda y sin apremios. Oscar y Felicia eran padres de tres hijas Fanny, Liza y Mery tres lindas jovenes que despertaban al mundo. El doctor no se podía quejar tenia un hermoso hogar con tres hijas y una esposa comprensiva, por ello daba gracias al cielo.
Por su condición de medico y profesionalismo tenia acceso a las más altas esferas políticas y empresariales del pais, sin proponérselo se enteraba de situaciones y secretos de familia que él guardaba con discreción y sumo cuidado.
-Querido, ¿vas a la casa de Ramiro Fuentes?- preguntó Felicia, su esposa.
-No, no voy a la casa de Ramiro- contestó el doctor -voy directo a su oficina en el banco, tú sabes muy bien que desde temprano, sale de su casa para ir a trabajar. No puedo demorar más mujer debo salir cuanto antes, su llamado ha sido de emergencia-. El doctor Martel se despidio de su esposa con un beso, sus hijas aun dormían. Caminó unos pasos a la cochera subió a su auto y partió con rapidez a la cita urgente con su paciente.
Ramiro Fuentes esperaba al doctor Martel en su elegante oficina del banco, esta tenia muebles finos y un amplio escritorio hecho de caoba, labrado con arte por un maestro artesano. Adornos finos sobre la credensa y mesas, cuadros de destacados pintores llenaban las paredes. Para Ramiro ahora todo aquello no tenia importancia, se sentía tan mal que le faltaba el aire y la cabeza parecía que iba a estallar. La espera por el doctor Martel se tornaba desesperada, sentía terror de que algo grave le sucediera, sin tener ayuda o apoyo. A los pocos minutos uno de sus asistentes abrió la puerta del despacho y anuncio al doctor, éste entró sin esperar el permiso, su paciente parecía que se iba a desmayar.
-Martel por fin llegas, fue una eternidad la espera- dijo el banquero con voz de angustia.
-Vine tan rápido como pude- contestó el doctor y sacó de su maletín el estetoscopio, comenzó a examinarlo, Ramiro tenia el rostro pálido y su presión era muy alta, inmediatamente le aplicó una inyección para bajarla. El doctor movió la cabeza con suma preocupación y dijo -Ramiro no puedes seguir con este ritmo de trabajo, tu cuerpo te esta dando señales de cansancio y stress, que haces a estás horas de la mañana en tu oficina en vez de estar disfrutando de un delicioso desayuno junto a tu familia-.
-Martel- respondió Ramiro -estoy en mi oficina porque tengo que trabajar y cuidar mi banco, sabes bien lo que me ha costado fundarlo y hacer de él, el primer banco del pais, no puedo descuidarlo, debo estar atento a todos los manejos dentro del sistema-.
El doctor volvió a decir con tono grave -si sigues con esta forma de trabajar lo único que vas a conseguir es un lugar en el Campo Santo, lo que digo va en serio. No puedes seguir laborando catorce o quince horas diarias, necesitas descansar, tomar las cosas con más calma, irte de vacaciones con tu familia- luego le sugirió recostarse en uno de los mueble amplios de la oficina. Ramiro no debía hablar para no estresarse más, eso no era bueno en su estado actual.
Ramiro Fuentes era el primer banquero del pais, su fortuna la habia logrado gracias a la fabricación de harina de pescado, él fue el primer pesquero en industrializar dicho producto y llevarlo a la exportación, esta actividad le dio grandes ganancias que le permitieron fundar su banco junto a un grupo de accionistas. Velar por su institución bancaria era su prioridad, por eso se desvelaba día y noche sin descanso para lograr mantener a su banco entre los primeros y estar siempre con los avances de ultima generación en cuanto a manejo financiero se trataba. Era tan exigente consigo mismo que descuidaba a su familia, su esposa Teodora y sus hijos Elsy y Luis se lo reclamaban. Ramiro reconocía que esto era verdad pero su trabajo lo absorbía de tal manera que apenas notaba el cambio de horario. Todo el tiempo pedía a sus gerentes informes escritos y explicaciones de como iba su institución bancaria, muchas veces no controlaba su carácter y al primer tras pies, estallaba en gritos. Al doctor Oscar Martel le tenia gran confianza y respeto, solo a él obedecía por eso éste le aconsejaba:
-Comprendo tu preocupación y control sobre tu banco pero tienes que delegar funciones a tus gerentes, ellos, están capacitados para resolver los problema y llevar una buena dirección en el manejo del banco. Delega funciones Ramiro esas son las palabras clave o te iras de este mundo y no puedes llevarte el banco. Además descuidas a tu familia y ellos lo resienten. Luis que se supone va llevar las riendas de la institución en el futuro, no conoce tu trabajo ni como funciona. Elsy tu hija también debe estar preparada para apoyar a su hermano. ¿Hablas con ellos al respecto? perdona que sea directo y te pregunte esto pero no los conoces bien, ni conversas sobre sus gustos y hobbies - concluyó el doctor.
Ramiro esta vez no contestó, guardó silencio en el fondo reconocía que su amigo y doctor tenia razón, se sentía culpable de tal situación.
La familia del doctor Martel por otro lado estaba muy unida de eso se vanagloriaba el doctor, siempre agradecia a su esposa por ser ella la gestora principal de la buena organización en el hogar y de fomentar la unión y amor entre sus hijas. Fanny la mayor de todas era muy delicada en su trato y le gustaba hasta un punto la perfección en la cosas que hacia. Estaba por comprometerse de novia con el enamorado de su juventud, ambos tenían veintitrés años. Liza era lo opuesto de su hermana, siempre estaba con sus libros y era un poco descuidada con sus cosas. Estudiaba biología y quería dedicarse a la investigación. Mery la menor de las tres, vivia soñando en su propio mundo y le gustaba imaginar que viajaba para conocer diferentes paises. Estaba en el ultimo año de colegio y aun no sabia que quería estudiar.
Después de tomar el desayuno Fanny le preguntaba a su madre:
-¿Crees qué este vestido está bien para mañana a la hora del compromiso? Vienen los padres de Umberto y quiero estar elegante para la pedida de mano.
-El vestido esta muy bien y te queda perfecto, es muy asentador para tu figura-. contestó la madre.
Fanny se ponía el vestido sobre su cuerpo y se miraba en el espejo, daba una vuelta de un lado a otro para comprobar que ese era el vestido que la haría lucir elegante.
Felicia era una madre conservadora y tradicional, para ella, ver casadas a sus tres hijas era lo correcto y que cada una forme su hogar significaba que habia cumplido con su deber de madre. Pero no contaba conque ellas tenia sus propias ideas de como querian vivir. Fanny era la que más se parecía a su madre, le gustaba la idea de ser esposa y tener hijos. Liza era diferente y siempre decia levantando la mano:
-Por favor madre, a mi retírame de tu lista de bodas, yo no me voy a casar, primero deseo terminar mi carrera y dedicarme a la investigación, para ello tendré que viajar fuera del pais-.
La madre cuando escuchaba esos deseos de su hija, se ponía la mano en la frente y comentaba despacio:
-Paciencia Felicia, paciencia-.
Mery era todavía muy joven y no contaba su opinión con respecto a las bodas, ella tenia un concepto muy vago de todo eso pero le encantaba escuchar la conversación de su madre y sus hermanas. En la casa del doctor Martel existía una admosfera de confianza y amor.
CONTINUARÁ
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