Fanny tenia en sus manos, el vestido que iba a lucir en la cena de compromiso ante su novio y los padres de éste. Era un modelo romántico y conservador, ella misma lo escogió cuando fue con su madre al taller exclusivo de la diseñadora María Pía. El encaje fino y el color rosa suave le gustaban demasiado, aunque en un momento tuvo dudas, al verlo puesto sobre su cuerpo se esfumaron sus temores. Estaba segura que con ese vestido luciría elegante, era el indicado para la pedida de mano. Felicia se alegraba que su hija mayor se encuentre feliz y segura con el paso que iba a dar. Como madre no tenia dudas con respecto al vestido que iba a lucir Fanny la noche de su compromiso. Solo de imaginarla lo hermosa que se vería se sentía satisfecha, no cabía en su piel de tanta felicidad. En el comedor mientras terminaban el desayuno la madre conversaba con sus hijas de como iba hacer la reunion del compromiso de su Fanny.
Umberto y sus padres estaban citados a las siete de la noche del día siguiente, su esposo el doctor Martel prometió llegar puntual a la casa para estar presente en un momento tan importante para la familia y sobretodo para los novios. Felicia su esposa contaba con ello, el padre de la novia no podía faltar a tan digno evento de la celebración de compromiso de su hija mayor.
Mery como siempre tan diligente preguntó -madre nuestro padre se comprometió a llegar a la hora indicada para celebrar el compromiso, espero que llegue a tiempo-.
-Él prometió que llegaría puntual y debo decir que su padre siempre cumple su palabra-contestó Felicia. Luego continuó con las explicaciones de como se iba a desarrollar la reunion -Liza y tu Mery van a saludar a los padres de Umberto y en todo momento estarán en silencio mientras nosotros hablamos con los padres del novio, se dicen las palabras protocolares para dicha ocacion. No hacer comentarios fuera de lugar y menos hacer bromas, de preferencia escuchar lo que los padres de Umberto tienen que decir.
-Madre- dijo Liza -no te preocupes, Mery y yo sabemos como comportarnos en la reunion, nos da gran alegría que nuestra hermana mayor se comprometa. Mis dudas son si en la actualidad se deben celebran las pedidas de mano con los padres y la familia, todo parece tan rígido-.
-Mi querida Liza, los novios y los padres lo hemos decidido de esta manera, es por eso que se va a celebrar con todo el protocolo como es debido-. respondió la madre a la hija más reacia al matrimonio.
En la casa del doctor Martel todo estaba después para que la reunion se celebre como es debido, Felicia la madre habia mandado a preparar bocaditos y entremeses para antes de la cena, el vino seleccionado era exquisito y fino y el champan con el que se brindaría era de excelente calidad. La comida debía de estar a la altura de dicho evento, para tal situación se habia contratado a un chef que prepare los platos gourmet. Podía todo aquello parecer algo exagerado como pensaba Liza pero Felicia la madre siempre quería lo mejor para sus hijas y más aun en el día del compromiso de Fanny.
En otro lugar de la ciudad, en la oficina del banco de Ramiro Fuentes, el doctor Oscar Martel revisaba a su paciente y volvía a tomarle la presión y sus signos vitales, todo iba por buen camino, el paciente evolucionaba en forma normal.
Ramiro comentó con el doctor -Martel ya me siento mejor, he vuelto a la vida, gracias por estar atento a mi salud y ayudarme-.
El doctor contestó -este es un aviso muy serio con respecto a tu salud, me gustaría hacerte un chequeo completo para saber como estas. Te sugiero que ahora vayas a tu casa y descanses por una semana, olvídate del banco y sus problemas, delega el mando en tu gerente general, lo que te ha sucedido es muy serio, la próxima vez puede ser mortal, puedes sufrir un derrame o un ataque. El primero es grave porque si no te vas de este mundo, tu cuerpo quedaría paralizado e inútil, la recuperación en estos casos es lenta y complicada, la mayoría de las veces, no vuelven a recuperar todas sus facultades. Si quieres terminar así, continua trabajando como hasta hora y mi próxima visita será en el Campo Santo después de sufrir un infarto-. Las palabras del doctor podían sonar duras, la confianza y amistad que tenia con su paciente le permitía hablar de esa manera para que reaccione y tome las medidas pertinentes.
-Mi estimado amigo creo que estas exagerando y deseas asustarme-. contestó el banquero.
-Me conoces muy bien- dijo el doctor -con respecto a la salud de mis pacientes nunca bromeo y en este caso menos, somos amigos desde hace muchos años. Soy testigo del esfuerzo y trabajo que te ha costado sacar adelante tu banco, sé cuanto quieres a esta institución que fundaste pero si deseas seguir al mando, delega funciones ahora mismo ve a tu casa junto a tu familia. Descansa y olvida los problemas, tus gerentes que se ocupen de todo-.
Ramiro lentamente tomó asiento en el sillón donde se encontraba recostado, miró a Oscar Martel y comentó: -es así de serio lo que me sucedió, tengo que irme a casa y tomar varios días de descanso-
-No debes tomar mis palabras de manera superficial, lo que te ha sucedido es grave, hazme caso toma unos días de vacaciones-. sentencio el doctor Martel.
-Esta bien, mi estimado doctor como usted ordene, en este momento voy a llamar a mi segundo en el mando y dejar el banco en sus manos, luego me iré a casa, mi esposa se va a sorprender al verme llegar tan temprano, no la quiero alarmar inventaré cualquier escusa para no preocuparla- dijo al final Ramiro.
El doctor Martel le hizo una serie de indicaciones que debía seguir al pie de la letra, de su maletín de doctor sacó unas pastillas para que las tome durante una semana. Después de ese tiempo volvería para examinar como evolucionaba su paciente. El doctor se retiraba de la oficina de Ramiro casi al medio día.
Antes de despedirse se detuvo en la puerta y agregó -vuelvo a repetir ve a descansar a tu casa sin demora, no pienses en el banco ni en sus problema, es por tu bien-.
Mientras bajaba por el ascensor para ir a los estacionamientos, Oscar Martel pensaba en su amigo y lo cerca que pudo estar de un derrame o algo peor, su presión volaba y costo trabajo hacer que se normalice, que vaya a su casa o decida quedarse en la oficina era ya su responsabilidad, seria lamentable que no tome en serio las recomendaciones de su medico de cabecera.
Ramiro Fuentes llamó a su gerente general y lo dejó al mando del banco, fue claro al especificar que no lo llamen por teléfono, solo hacerlo si era de urgente.
A su segundo en el mando le advirtió -el banco queda en tus manos, eres responsable de seguir la pautas necesarias para mantenerlo en buenas condiciones-.
Dicho esto se despidio y salió en su carro con el chofer. Cuando llegó a su casa, abrió la puerta ésta no era una casa sencilla, era una residencia grande y elegante, el silencio lo rodeo, su esposa Teodora no estaba, sus hijos tampoco, solo se encontraba el personal de servicio. Por donde se podía ver la casa estaba llena de lujo, adornos finos, muebles caros y cuadros de pintores famosos. Ramiro caminó hasta la terraza, frente a ella un jardin hermoso y bien cuidado, a un costado del mismo se encontraba la piscina, dio media vuelta y volvió a la sala, ordenó al chofer que avise al servicio que le traiga una limonada, alcohol no podía tomar. Para él su propia casa parecía un lugar extraño, nunca estaba a esa hora del día. Sin mediar palabra recordó cuando recién adquirió el terreno para construirla en una zona lujosa de la ciudad. Podía acordarse de cada detalle y como quería que fuera diseñada. Las preguntas que daban vueltas en su mente eran ¿disfrutaba de su residencia? ¿pasaba en ella largas horas junto a su familia? ¿habia necesidad de que fuera la casa tan grande? ni él mismo podía contestar esas preguntas.
CONTINUARÁ
No hay comentarios:
Publicar un comentario