Ramiro Fuentes cavilaba en silencio y disfrutaba de una deliciosa limonada, estar en estado de contemplación lo había relajado, se sentía mucho mejor, tenía que darle razón al doctor Martel cuando le dijo que debía descansar y olvidarse del banco. Reconocía que su gran amigo le advirtió sobre su salud y el exceso de trabajo.
Había transcurrido más de una hora cuando sintió los pasos de su esposa Teodora, ella ignoraba que su esposo se encontraba en casa, fue una doncella del servicio quien le anunció sobre su presencia.
Teodora caminó presurosa a su encuentro, cuando lo vio preguntó -¿Ramiro qué sucede? ¿porqué has llegado sin avisar?-.
-Mi querida Teodora, no se porque tendría que avisar que vengo a mi casa, si vivo en ella- fue su respuesta tranquila y serena.
-No me refiero a eso- contestó su esposa -lo que trato de decir es que te hubiera esperado para recibirte-
-No te preocupes ya estoy en casa y eso es lo que importa ¿tú de donde vienes?- agregó el esposo.
-Ramiro te dije anoche antes de dormir que estaba invitada a la inauguración de una nueva galería de arte, veo que lo has olvidado- contestó Teodora.
La esposa de Ramiro Fuentes pertenecía a una familia de linaje, en el pasado habían sido dueños de una importante hacienda azucarera, además de una industria del papel. Su padre era dueño de varias fábricas, con la reforma agraria su familia fue despojada de sus tierras y esos les causó un grave deterioro en su fortuna. Teodora conoció a Ramiro en una fiesta de alta sociedad, ella quedó cautivada por su porte y seguridad al hablar y él se prendó de ella por ser la joven más bella de la reunión y por ser muy fina y educada en su trato. Al anunciarse su compromiso después de cuatro meses de conocerse, se convirtieron en la pareja del año, eran invitados a todas las reuniones y fiesta. Su matrimonio fue celebrado con gran pompa y asistió toda la gente importante de la ciudad. Ramiro era todo un personaje desde ese entonces, un hombre importante, dueño de su banco y un gran industrial, fueron considerados desde ese momento la pareja de oro. Teodora por ser esposa de Ramiro Fuentes era invitada a diferentes eventos de arte además de reuniones de caridad para ayudar a las madres y los niños sin hogar. También asistía a diferentes club de amigas. Siempre estaba ocupada, siempre tenía que asistir a una reunión, su casa e hijos quedaban en manos del personal de servicio e institutrices, ella no tenía tiempo para dedicarse al hogar.
Ramiro le pidió a su esposa que tome asiento a su lado y dijo -por unos días voy a estar en casa, deseo pedirte que te quedes en casa-.
-Debes decirme la verdad, pasa algo grave con tu salud o es el banco que ha entrado en crisis- comentó Teodora extrañada por la petición de su esposo, él no solía ser así.
-Nada de eso mi querida esposa- contestó Ramiro con calma -solo he tenido un chequeo de rutina y mi estimado amigo Martel me sugirió que me tome unos días de descanso, eso es todo no hay ningún misterio. Ahora que estoy en casa preguntó ¿A qué hora vienen nuestro hijos del colegio?-.
La esposa de Ramiro se quedó un poco asustada con la respuesta de su esposo pero no insistió con más preguntas, solo agregó -Elsy y Luis salen hoy un poco más tarde de lo acostumbrado por que están preparando un festival a celebrarse en el colegio, deben llegar a la cuatro de la tarde-.
Elsy era la hija mayor, del matrimonio de carácter tímido y reservado, estaba en el ultimo año del colegio. Su hermano Luis no era el joven inquieto ni arrojado, más bien se consideraba el galán entre las jóvenes de su entorno. Los hijos de Ramiro y Teodora tenían un circulo pequeño de amistades y asistían a un club de deportes. Elsy conocía a Mery hija menor del doctor Martel, ellas eran de la misma edad y coincidían en algunas fiestas donde sus padres eran invitados.
-Ramiro- comentó Teodora -dentro de dos semanas va ser el cumpleaños de Elsy y deseo celebrarlo en un salón muy exclusivo de la ciudad. El Salón Majestic ¿te acuerdas?, pero cuando le hice el comentario a Elsy, ella me contestó que no deseaba celebrar su cumpleaños con una fiesta, ella quiere que le regalemos un viaje. Yo le contesté que iba a cumplir dieciocho años y que debía ser presentada en sociedad además de celebrar su cumpleaños, me insistió muy tajante que no deseaba una fiesta.
-Madre, me estas escuchando, no deseo una fiesta, no insistas por favor- eso fue lo que Elsy me contestó
-Ramiro, ahora me encuentro en una disyuntiva ¿Qué hacer con esta hija?, dime ¿Cómo la hago entrar en razón?- comentó Teodora con su esposo.
El padre de Elsy no deseaba una discusiones con su esposa por este motivo dijo con voz pausada:
-Si nuestra hija no desea una fiesta, tenemos que cumplir su deseo, recuerda que es su cumpleaños-. contestó y levantó las manos para poner fin a la conversación, le señaló el comedor a su esposa para ir almorzar.
Teodora no se quedó tranquila, le extraño su actitud, en otra ocasión hubiera exigido a su hija celebrar el cumpleaños y en cambio reaccionó diferente. Algo sucedía con él, en algún momento iba a llamar al doctor Martel para preguntar por la salud de su esposo.
En la casa de la familia Martel todos se preparaban para la celebración del compromiso de Fanny, en unas horas Umberto y sus padres llegarían. Felicia la madre de Fanny, se multiplicaba para estar al tanto de cada detalle de la celebración, nada podía quedar suelto. La reunión debía ser recordada por las dos familias, como un momento feliz.
Fanny descansaba en su habitación, Mery leía una revista en la sala y Liza todavía no llegaba de la universidad, el padre tampoco estaba en casa. La madre nerviosa pensaba si a la hora que llegue Umberto con sus padres, la familia Martel estaría completa. En pocos minutos sus temores fueron infundados, el doctor Martel llegó puntual a la hora y Liza entraba a la casa cinco minutos después, Felicia podía respirar tranquila, ahora todo el mundo debía alistarse para recibir a los invitados.
En la cocina el chef hacía su mejor trabajo, asistido por la ayuda de la señora al servicio de la familia. La casa lucía impecable y bien decorada, se había sacado la vajilla fina de porcelana y los cubiertos de plata, el mantel bordado con hilos dorados y las servilletas que hacían juego, estaban puesto sobre la mesa, flores en los jarrones adornaban cada roncón del comedor, Felicia deseaba celebrar a lo grande el compromiso de Fanny.
A las siete de la noche llegaron los invitados, los padres de Fanny salieron a recibirlos, el doctor y su esposa lucían elegantes pero cuando Fanny se presentó en la sala se llevó todos los elogios, se veía tan radiante y bella con su vestido que parecía rodearla un aire romántico. Felicia tenia lágrimas en los ojos de alegría y el doctor se sentía emocionado. En que momento su pequeña había crecido, si parece que fue ayer que la llevaba de la mano y ahora se encontraba con un pie en el altar. Respiró profundamente y tomó del brazo a su hija. Minutos después se presentaban Liza y Mery, ellas se mantuvieron en todo momento en silencio, esa noche le pertenecía a Fanny, era la estrella. Después de las presentaciones, los dos padres de familia dirigieron unas palabras a sus hijos, la reunión recién comenzaba, era la celebración de compromiso de Umberto y Fanny.
CONTINUARÁ
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